sábado, 11 de febrero de 2012

El cisne negro (Black Swan) - Una de las buenas del 2011

El desafío de la historia no consiste en que la misma bailarina dance los dos cisnes contradictorios; bien lo habrían hecho Beth o, tal vez, Lily. El desafío es que la perfecta y bondadosa Nina dance la seducción y la erótica del Cisne Negro. Y ese desafío pasa por un universo de imágenes paranoides de uñas rotas, lesiones severas en la piel, emergencia de plumones o escamas negras de cisne en su espalda, transformaciones imaginarias de sus propias piernas en patas de cisne y dedos palmeados, fantasías lésbicas con su rival imaginaria” (Tarjetadeinvitacionacine.blogspot.com)

Dirección: Darren Aronofski
Guión: Mark Heyman, Andres Heinz y John J. McLaughlin
Estreno (Argentina): 17 Febrero 2011
Título Original: Black Swan
Género: Drama - Thriller
Origen: Estados Unidos
Duración: 103 minutos
Clasificación: AM16
Distribuidora: FOX
Intérpretes:
Natalie Portman, Mila Kunis, Vicent Kassel, Barbara Heshey, Winona Ryder
Fuente: http://www.escribiendocine.com/peliculas/el-cisne-negro

Sinopsis y comentario en cineastoria.wordpress.com
Una compañía de ballet de Nueva York está produciendo El lago de los cisnes y el director Thomas Leroy ( Vincent Cassel) decide reemplazar a la bailarina principal Beth MacIntyre (Ryder) con Nina (Portman). Beth decepcionada sufre un accidente y Nina se piensa culpable por su estado.
Nina vive con Erica (Hershey), su autoritaria madre y antigua bailarina y encuentra competencia en la nueva Lily (Kunis). El Lago de los Cisnes requiere una bailarina que pueda interpretar al inocente Cisne Blanco, que le sienta muy bien a la personalidad de Nina; y al sensual Cisne Negro, justo para la personalidad de una perversa Lily. El manipulador Leroy duda en darle los dos papeles a Nina a pesar de solicitárselos ya que encuentra que ella es muy rígida y perfecta en sus movimientos e insta bajo un avasallador entrenamiento a que Nina se entregue con naturalidad no dudando en violar su intimidad. La rivalidad de ellas cambia a una extraña amistad y Nina comienza a explorar un lado oscuro de su persona que sobresale cada vez con más fuerza.
El cisne negro es un film acerca del autoconocimiento, de la absurda búsqueda de la perfección y el obsesivo afán por querer hacer las cosas sin pensar que se puede afectar los sentimientos de los demás.

Muy escasa resulta la información disponible en la Internet sobre el origen de la historia que Tchaikovsky desarrolló en su obra musical para el ballet “El lago de los cisnes” y que constituye el punto de partida del filme “El cisne negro”. En la página del Club Letsgo, de Madrid, encontré lo que me parece más cercano al tema:

“La leyenda de la Mujer-Cisne se remonta siglos tanto en la cultura oriental como en la occidental, y las mujeres que se convertían en pájaros y viceversa eran temas populares, siendo la figura del cisne especialmente utilizada gracias a su elegancia. Tchaikovsky originalmente escribió su propia versión del Lago de los Cisnes con su hermano mayor, Modeste, y el compositor  Migorsky, en la que había dos mujeres cisne caracterizadas en blanco y negro y que actuaban como personajes separados.

En mayo de 1875, a Tchaikovsky le solicitaron que compusiera una partitura con su amigo Vladimir Petrovich Begichev, quien como director de los Teatros Imperiales Rusos en Moscú, había escrito el borrador de una historia para un nuevo ballet – El Lago de los Cisnes.
Poco se sabe sobre esta producción original del Lago de los Cisnes -  no hay notas escritas sobre asuntos técnicos o instrucciones referents al ballet; todo lo que queda son recuerdos personales y memorias que fueron escritos mucho tiempo después y por lo tanto, sujeto de mucho debate.
Sabemos que Tchaikovsky tuvo mucha influencia en el desarrollo de la historia, pero en la historia de Begichev, las mujeres cisne iban a ser representadas por una única bailarina y por lo tanto se introducía el elemento de confusión que es tan crucial para el resultado de la historia (….)”

En conclusión, no me queda claro si dentro de una legendaria tradición había una historia original concreta, antes de Tchaikovsky, o si Tchaikovsky y su propio hermano mayor tomaron elementos de esa tradición y escribieron su propia historia para la música, o si la historia recreada en la danza fue compuesta como un borrador por el director de los Teatros Imperiales Rusos de Moscú y luego presentada a Tchaikovsky para que escribiera la música para el ballet. En todo caso, el sitio danzaballet.com, especializado en ballet presenta la historia del Lago de los cisnes, de la siguiente manera:

"El Lago de los cisnes es uno de los ballets clásicos tradicionales más conocidos en todo el mundo. Se estrenó en el Teatro Bolshoi de Moscú en 1877 y para 1895 con una nueva concepción de Marius Petipa y Lev Ivanov, con lo que logró un gran éxito en el Teatro Marinsky de San Petersburgo.

El lago de los cisnes es sin duda el ballet más popular a lo largo de la historia.
La obra transcurre entre el amor y la magia, enlazando en sus cuadros la eterna lucha del bien y del mal. La protagonizan el príncipe Sigfrido, enamorado de Odette, joven convertida en cisne por el hechizo del malvado Von Rothbart y Odile el cisne negro e  hija del brujo.

Coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov.
Música Pitr Ilich Tchaikovsky.
Libreto de Vladimir Beghitchev / Vasili Geletzer."

Digo, pues, que “El cisne negro” está basada en la música y el ballet “El lago de los cisnes” de Tchaikovsky; que es escasa y confusa la información sobre el origen de la historia de su argumento; que, en cualquier caso, se trata de una historia con dos personajes nucleares: el cisne blanco y el cisne negro; y que los dos significan las tendencias antagonizadas entre el bien y el mal y/o inocencia y sensualidad. Este último es el esquema dramatúrgico de la historia de base y del ballet, pero los comentarios sobre la película lo ponen en segundo plano al tiempo que resaltan la pugna entre Nina –bailarina ajustada a las condiciones del cisne blanco- y  Lily –considerada perfecta para el cisne negro- En esa pugna, Nina busca la realización de su ambición: ser la prima ballerina danzando los dos personajes contradictorios, lo cual la sume en la profunda crisis psicológica que la lleva a los confines absurdos de la perfección.

Por mi parte, empezaré señalando que los directores artísticos de las compañías de artes dramáticas, entre sus múltiples quehaceres, tienen tres presiones claves: seleccionar la obra que van recrear con su compañía, direccionarla hacia un ángulo o propuesta de novedad y, en tercer lugar, dirigir toda la creación de manera que traspase las condiciones del arte literario o musical y logre plasmarla en la dimensión artística de su ámbito: el teatro, el cine o el ballet. En este punto, la dirección de actores y/o ballerines es el desafío mayor; lo demás es el dominio de la tecnología. Este es, a mi juicio, el punto de partida de la película en comento, aunque  ese conflicto no sea parte central de su narración.

En este contexto de creatividad teatral, creo que el núcleo dramatúrgico es aproximadamente así: Thomas (el director artístico) ha escogido “El lago de los cisnes” como pieza para abrir la temporada en que aspira a recuperar los sitiales de honor que corresponden a su compañía; ha decidido prescindir de Beth por considerar que –debido a su edad- su ciclo de ballerina ha llegado a su fin; ha escogido como nudo dramatúrgico innovador que, la confusión del Príncipe Sigfrido entre Odette y Odile no son un engaño del malvado von Rothbart sino su presentación de los dos aspectos de una misma Princesa/Cisne. Así, pues, no el bien y el mal, ni la inocencia y la sensualidad sino la pureza y la seducción erótica del personaje son el conflicto narrativo que deberá ser desarrollado en la danza por la nueva prima ballerina. Este es el contexto en que él mismo tiene que lograr el conocimiento íntimo de Nina para identificar sus limitaciones y exigirle que explore nuevos espacios de su feminidad para que pueda acceder creativamente a los roles del personaje. Esa exploración de Thomas está acentuada en la narración cinematográfica por un ágil y enloquecedor movimiento de cámara alrededor de los dos cuando hacen pareja en los ensayos y por la expresión de satisfacción del director durante las escenas eróticas con Nina.

Pero, para el desarrollo de la historia, existe otro contexto. La relación de Nina –con su vida dedicada a la obediencia y al cariño represor de su madre- y Erica su propia mamá que proyecta sobre su hija las aspiraciones artísticas que ella no pudo lograr y le exige con dulzura, cuidado y un régimen de imposiciones, que las cumpla. La cotidianidad de temores, envidias, malquerencias, exclusiones, solidaridades y complicidades entre los personajes del mundo artístico; en fin, un mundo de ambigüedades que son propicias a la pérdida de los propios límites y al acceso múltiples formas de destrucción y reconstrucción. En esos dos contextos, Aronofsky –este judío gringo de origen polaco- el director de la película, recrea bajo un universo simbólico desconcertante y casi chiflado, su visión de la vida interna de quien vive la renuncia y la novedad como formas de auto agresión, rupturas y muertes.

El desafío de la historia no consiste en que la misma bailarina dance los dos cisnes contradictorios; bien lo habrían hecho Beth o, tal vez Lily. El desafío es que la perfecta y bondadosa Nina dance la seducción y la erótica del Cisne Negro. Y ese desafío pasa por un universo de imágenes paranoides de uñas rotas, lesiones severas en la piel, emergencia de plumones o escamas negras de cisne en su espalda, transformaciones imaginarias de sus propias piernas en patas de cisne y dedos palmeados, fantasías lésbicas con su rival imaginaria en la compañía, fastidiosas peleas y rupturas con su madre, espejos rotos, asesinatos y suicidios. En mi lectura, la película desarrolla la dolorosa emergencia de la otra Nina; la violenta ruptura de su universo simbólico interno para darle paso a la perversión, la desobediencia y el erótico seductor que habitan secretamente en los confines de su interioridad, pero que habían sido silenciados y domeñados gracias a su formación en la obediencia y la unilateralidad de su existencia. Esa conquista de sí se muestra como la historia del viaje por los límites de la cordura y el equilibrio emocional. El resultado es la mostración que el talento necesita destruir los límites que cohiben y encierran la genialidad artística en los límites de la apariencia y la cotidiana paz con el mundo y consigo mismo. 

El final no se aparta de Tchaikowsky, pero va más allá de él. Es un suicidio cuya equilibrada situación entre la fantasía y la realidad de la historia me deja abierto el interrogante sobre la coherencia narrativa de la película. Es decir que aún no acabo de comprender si la herida en el pecho de Lily pertenece a la realidad de la historia lo cual no tiene sentido porque el espejo nunca fue roto, o pertenece a su agresiva realidad simbólica lo cual dejaría como un exabrupto narrativo el petitorio de la ambulancia por parte de Thomas.

4 comentarios:

  1. Edgar, la cronología del cine de Darren Aronofsky muestra, a mi juicio, una paulatina consolidación de lo que se podría denominar el “sello del autor” que se concreta en el Cisne Negro. El “joven director” genera puntos de vista polarizados entre el amor y el odio por su obra, algunos, en ese orden de ideas, lo consideran genio, otros, y no es un grupo pequeño de la crítica, lo califican de farsante… y sin embargo, ahí está su cine, contemplado estéticamente y/o consumido cual mercancía por todos. No le puedo decir cuántas veces he visto Réquiem por un sueño, Pi el orden del caos, y El Luchador, simplemente porque ya perdí la cuenta, y no repito estas películas, la verdad sea esta, por sus historias, que ya me parecen bastante originales, sino por algo que usted menciona en su crítica: “Esa exploración de Thomas está acentuada en la narración cinematográfica por un ágil y enloquecedor movimiento de cámara”; cuando señalo que Aronofsky consolido lo que podría ser un “sello del autor”, me refiero, justamente, a ese “ágil y enloquecedor movimiento de cámara” que se ha expresado en todas estas películas y que a mí, en lo personal, me seducen tanto por su vertiginosidad. Los planos, ángulos y movimientos de cámara son pensados con mucha sutileza, componen en sí una narración que logra su objetivo, genera tensión, ritmo y énfasis, los planos secuencias de Réquiem, serían un buen ejemplo; ah, y no olvidar la perfecta sincronización de esos planos con la música. En el Cisne negro me impactó, la primera vez que la vi, la cámara sofocante en la espalda de la protagonista, en el rostro, en la nuca, es como si la misma cámara no la dejara en paz. Ahora, usted me dejó pensando en el final, otro motivo para verla nuevamente, y aclarar la “inconsistencia” que parece haber.

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    1. Jhoan: Desde mi punto de vista, la cámara es tan seductora que ni aún viendo el material extra del DVD donde se revelan elementos del trucaje y de los efectos digitales, de las suplantaciones, etc, no pierdo el gusto por esta película. Espero que la vuelva a ver y yo haré lo mismo para que volvamos a conversar sobre las secuencias del final.

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  2. Orlando Martínez Triana escribió a mi correo personal lo siguiente, que transcribo:

    "LA IMPOSIBILIDAD DE PERDER EL RASTRO DE UNA EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA.

    A manera de "anomalía", quiero expresar solo el sentir, sin desconocer la importancia del análisis racional sobre los aspectos técnicos en el cine. A mí me marcó el papel de Natalie Portman en el "Perfecto asesino" Al decir que me marcó soy benébolo... !!!!Me estigmatizó!!!! Inconscientemente al ver la actriz, que encarnaba a la niña medio sabia, medio loca, medio sexi y medio víctima, hago una lectura comparativamente ligada a la película dirigida por Besson. La subjetividad de mi caso, ha de ser lo que me hace apartarme de la pasión por "El cisne negro", una historia real, pero alejada de esas realidades que tal vez esto de ser colombiano, encuentran cercana. No quiero hacer apología de las armas, o de la violencia, la tensión causada por la rivalidad entre dos bailarinas, le dá un sentido aún más lejano a un argumento que para la gran mayoría es extraño. Reconozco en el ballet una expresión artística que ha podido llegar a nuestras comunidades populares, más por los esfuerzos de las escuelas como barrio ballet, los ballets folclóricos y regionales, que han podido suplir esa gran carencia de un ballet clásico, alejado de los escenarios barriales. tal vez por todo eso, la historia, al igual que los argumentos sobre ella, se sostienen en la música, la propuesta orquestal, en la fuerza de un Tchaikovsky siempre supremo.

    La influencia de un escritor y un director sobte una actuación, también puede generar resistencias y en este caso, la pasividad de la historia, afecta el trabajo de la actriz.

    Orlando Martínez Triana."

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    1. Orlando: aún sin compartir sus anotaciones sobre la regionalización del gusto, sí me parece que faltó insistir sobre la música de Tchaikovsky. Es decir, sobre la justeza de su selección para el arrollador ritmo de la narración cinematográfica, tanto en lo que tiene que ver con la reiteración cansada y agobiante de los ensayos, como en la invasión auditiva que sostiene las presentaciones en el teatro.

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