domingo, 13 de noviembre de 2011

La versión de mi vida (Barney´s version)

 
Título: La versión de mi vida
Título España: El mundo según Barney
Título original: Barney's Version
Dirección: Richard J. Lewis
País: Canadá, Italia
Año: 2010
Fecha de estreno: 18/03/2011
Duración: 132 min.
Género: Drama
Reparto: Rosamund Pike, Dustin Hoffman, Minnie Driver, Bruce Greenwood, Rachelle Lefevre, Paul Giamatti, Scott Speedman, Saul Rubinek, Mark Addy, Jake Hoffman
Guión: Michael Konyves
Web: www.sonyclassics.com  /barneysversion
Distribuidora: Universal Pictures
Productora: Fandango, Harold Greenberg Fund, The, Serendipity Point Films

Sinopsis: La razón por la que Barney debe contarnos su historia, o al menos su versión, es que su peor enemigo acaba de publicar un libro revelador que saca a relucir los capítulos más comprometedores del pasado de Barney: los muchos y en numerosas ocasiones turbios acuerdos empresariales que le llevaron al éxito; los tres matrimonios que han llegado a su fin, y ? aquí viene el mayor problema ? la misteriosa desaparición de Boggie, el mejor amigo de Barney, un posible asesinato del que Barney sigue siendo el principal sospechoso (http://www.sobrecine.com/peliculas/la-version-de-mi-vida-sinopsis-trailer-poster-ficha-tecnica-y-mas/)

Me gustaría saber de dónde obtuvieron los de “sobrecine.com” la información acerca del género de esta película. Drama. JAJA!!! Más dramática me resulta, por ejemplo, Tiempos modernos de Chaplin. ¡Qué vaina que no pueda coincidir con esos tipos! Desde los tiempos en que veía los filmes de Laurel y Hardy, o Los tres chiflados, no asistía a tanto disparate, tanto desperdicio lanzado a la cara de los personajes, tanta estupidez junta, tanta grosería. Trataré de explicarme.

Protagonista de esta fábula es la sociedad de la opulencia. El grupo del filme son judíos ricos dedicados al consumo y la producción de desechos, a condición que esta producción sea también una fuente de riqueza; idearse y sostener, por ejemplo, una empresa cinematográfica  que pone en el mercado “Producciones completamente innecesarias”, o embarazarse para conseguir una boda ventajosa. La opulencia y el derroche no se fincan en las armas y los ejércitos organizados y dotados de los aparatos capaces de sembrar la muerte e imponer sus condiciones. No. Se finca en el movimiento de multitudes que, como Los tres chiflados, corren a embadurnarse del Pastel, dulce pastel de las palabras sobrantes, de donde obtendrán ganancia. Los amigos se exhiben en las reuniones, las mujeres son para someterlas a la voluntad del deseo; entre todos, como Laurel y Hardy que se palmoteaban la espalda y se pellizcaban las orejas, se agreden verbalmente como expresiones de amistad y dependencia. 

La fábula es lo de menos. Barney Palnovsky tiene un apellido que cada uno pronuncia como le viene en gana, y –a pesar de lo que dicen por ahí en la información de la película- no es un hombre corriente; es un judío rico entrado en malquerencia de un investigador sin poder ni aparato judicial, pero que opta por publicar una versión de la vida de Barney para desprestigiarlo. Tal policía no acosa ni pretende la verdad y, por ello, la película carece de conflicto dramático. Es Barney contando su mundo y su vida sometida a la dictadura de las condiciones de su riqueza y al deterioro biológico de la edad. 

Los gags de cómicos norteamericanos han trasmutado su violencia física por la vía de la palabrería, del atiborramiento de la pantalla y la expresión victimada del personaje, que mira con ojos tristes como el canario Piolín a punto de ser freído por el gato de las tiras cómicas.

Como usuario del servicio de taxi bogotano, mi gusto se ha ido perfilando por el humor crítico de La luciérnaga*. Los chistes de niños ricos no me llegan a ninguna parte. En varios pasajes, la platea estallaba en carcajadas mientras que yo hacía los mayores esfuerzos por mantenerme en mi silla y no abandonar la sala.

* En muchas ocasiones la realidad imita a la ficción. Esto nos lo demuestra desde hace 16 años el equipo de la Luciérnaga. Un programa que nació con vocación temporal pero que caló tan hondamente en la audiencia que se ha transformado en uno de los clásicos de la radio colombiana

5 comentarios:

  1. Gran riqueza en su apreciación de los géneros, de los medios y de la vida misma. Mucho valor por sus comentarios con los que concuerdo en su totalidad. Ojalá siga con su tarea.

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  2. Pensaba seriamente ver este film, porque me llamaba tremendamente la atención el nombre, pero creo que con este análisis voy a desistir...

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  3. Creo que no debes desanimarte, Mona. Fíjate que aunque reconozco que quería abandonar la sala, muchas personas de la platea reían a mandíbulas. Confieso que tengo una limitación y es mi tendencia al humor crítico, pero esta película es un filme de anti-héroe porque el posible antagonista de Barney no es un investigador obsesivo y encarnizado del tipo de Elliot Stabler y Olivia Benson (La ley y el orden - UVE) o un policía duro como Franz Bauer (24) que con su acción, constituyen a los demás en héroes del mal y la perversión. Sin ese antagonismo, la dramaturgia del personaje deviene en vacuidad y nos queda un grupo de judíos ricos, enloquecidos con su dinero, haciendo más dinero de todo el desecho y constituyendo una historia que busca que el espectador consuma del mismo desecho. Pero, nada de eso puede impedir que vayamos al cine.

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  4. En esta película no cabe ni la virtud ni la risa, de manera que, no cabe echarlos de menos. Por el contrario, es la desvalorización lo que se encuentra en cada escena. Aquí, no vale el amor, no vale la amistad, no vale lo humano porque todo tiene un precio, hasta la elegante tumba que Barney dispuso para Miryam, como si la hubiera comprado hasta después de la muerte.

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  5. Tal vez yo concuerde con Ud, Ceco; pero debo poner una condición respecto de mi mismo: que no sé si el equipo de producción tuvo la intención de hacer una crítica a la sociedad de consumo, o "su humor" es efecto del mecanismo de traslación de nuestra propia inconformidad pero puesto en "otro" y con ello la crítica resultaría como efecto-rebote de nuestra condición ingenua. Si es lo primero (una crítica consciente de la sociedad) entonces recomiendo el artículo de la profesora Carmen Elisa Escobar María: Tragedia, comedia y humor en el psicoanálisis, publicado en la revista EIDOS nº8 (2008) págs 136-158; si lo segundo, entonces bastará con mantenerse en la misma condición ingenua que se alimenta a sí misma desde sus propias representaciones.

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