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Año: 2011
Origen: Estados Unidos
Dirección: Tate Taylor
Guión: Tate Taylor, Kathryn Stockett
Intérpretes: Emma Stone, Bryce Dallas Howard, Jessica Chastain, Sissy Spacek
Fotografía: Stephen Goldblatt
Edición: Hughes Winborne
Música: Thomas Newman
Duración: 146 minutos
Durante los años sesenta, una joven del sur de Estados Unidos llamada Skeeter (Emma Stone) regresa de la universidad con el sueño de convertirse en escritora. Pero una vez allí revolucionará a sus amigos y a todo el pueblo con su objetivo: entrevistar a las mujeres negras que limpian las casas y cuidan los niños de las familias blancas de la zona.Origen: Estados Unidos
Dirección: Tate Taylor
Guión: Tate Taylor, Kathryn Stockett
Intérpretes: Emma Stone, Bryce Dallas Howard, Jessica Chastain, Sissy Spacek
Fotografía: Stephen Goldblatt
Edición: Hughes Winborne
Música: Thomas Newman
Duración: 146 minutos
Fuente: http://cinemarama.wordpress.com/2012/01/05/historias-cruzadas-the-help/
Cristóbal C, escribió en http://www.pinchepelicula.com/2012/01/critica-historias-cruzadas-the-help.html una nota crítica muy interesante cuyo énfasis está puesto en la presentación de las personajes y de las actrices de la película, y cuyo sentido es el siguiente núcleo crítico: “La película es un triunfo porque valora sus personajes, más que representar a cada instante el contexto histórico en el que se encuentra (…) La película no es la perfección que pretenden vender, pero no es posible negar la calidad del elenco de actrices que logra hacer que valga la pena algo que fácilmente hubiera pasado desapercibido.” En el desarrollo del texto, Cristóbal apunta lo siguiente sobre el hecho que desata la historia: “Aunque se nos muestra la terrible opresión que sufrieron las personas de color durante la década de los sesenta, es más bien la fantástica historia de un grupo de mujeres que estuvieron dispuestas a contar su vida a una joven escritora para que lo publicara en un libro. Esa sería Eugenia “Skeeter” Phelan (Emma Stone), quien acaba de regresar al pueblo de Jackson, Mississippi, porque por falta de experiencia no le dan un trabajo de columnista en algún diario de Nueva York, por lo tanto termina trabajando en uno de su localidad.”
Pero uno puede darle la vuelta y decir que esta película Es la fantástica historia de un grupo de mujeres, de una sociedad en donde cada una está condenada a trasegar por la misma senda de la vida de sus antepasadas: las negras fueron criadas, son criadas y serán criadas; las blancas han vivido a costa del trabajo, los saberes y los esfuerzos de las negras, así mismo viven y así seguirán viviendo. Me parece que Cristóbal tiene la misma idea en lo que respecta a las negras (afroamericanas, les dice él, pero en el contexto de la película –en Missisipi- son negras), por lo que describe de las primeras reflexiones de Aibileen. Pero en lo que me distancio es en su mirada sobre Skeeter. Lo que yo creo haber visto es a una blanca sureña, que proviene de una familia que ha usufructuado históricamente el trabajo, el saber y el esfuerzo de las negras y negros; que salió de su Estado para estudiar y trabajar fuera, pero regresó a él por la razón que dice Cristóbal y en la primera oportunidad que le dan para trabajar en el diario de Jackson, su pueblo, escribe lo que le saca a las sirvientas negras tanto de su saber culinario y doméstico, como de sus historias de vida. Dicho de otra manera: la blanca sureña sigue siendo sureña y blanca, vividora y todo, porque aunque reparta con la servidumbre informante una cuota de los dividendos de su libro, lo que a ella le interesa y lo que logra es un cargo editorial en Nueva York y de ello, seguramente, las criadas no obtendrán ni beneficios ni reconocimiento. Tampoco el libro publicado redimiría a las informantes, sólo avergonzaría a las patronas, señoras y señoritas blancas de Jackson; sería la gran movilización de negr@s y blanc@s en la lucha por los Derechos Civiles, con sus episodios de violencia y demás, lo que degradaría lentamente –y sigue degradando- el orden racista en los Estados Unidos de Norteamérica.
Lo que a mí, personalmente, me parece fantástico de este filme –conforme a la novela- es su localización en el ambiente hogareño, su movilización en el universo de las mujeres, la exposición pública de las manifestaciones de su micro-violencia, la recreación de las vidas en que los amoríos, los matrimonios y redenciones superficiales-aunque con desigualdades y contradicciones, se reparten entre las blancas, mientras el silencio, la crianza y la aceptación de la humillación y el dolor es de las negras. Es un universo de la feminidad agresiva, despótica y perversa; tan perversa y solapada como la historia de supuestos valores magnánimos y solidarios de Skeeter.
No puedo dejar de decirlo de una vez: es una historia de perversión de género aplicado a las mujeres sureñas de los EU, que también perversa y solapadamente pretende contarnos que hubo una de ellas que no estaba traspasada de racismo e inequidad. Hay que darle la vuelta, para ver el engaño en la nítida contraluz. Pero, claro, también es posible decir que el engaño no está en la película porque ella es consecuente en la postulación de tod@s l@s personajes, pero que uno –formado para ver historias de buenos y malos- se engaña con la mirada que Skeeter tiene de su propia historia y de la lectura de su hacer como persona y como periodista.
Pero, en todo caso, hay que verla para reír un buen rato con las ocurrencias de la historia. Para reír y generar el espacio justo para la construcción del juicio. Acéptenme esta Tarjeta de invitación a cine.
Mis ojos, no vieron en la película una oportunidad “…para reír un buen rato con las ocurrencias de la historia. Para reír…”. Pero este comentario me permite “…el espacio justo para la construcción del juicio…”
ResponderEliminarMis ojos encuentran en la película lo siguiente: Discriminación por raza y género aplicable a las mujeres, blancas y negras, como resultado de la mal llamada “predestinación” que es, realmente, discriminación. Me explico.
Si, las condiciones sociales imponen a las negras repetir su historia, es decir, han sido criadas, serán criadas y seguirán siendo criadas, también, se repetirá, que será al servicio de las y los blancos; servirán, también, a los hombres blancos. Entonces, dónde queda que es un asunto de mujeres blancas viviendo de mujeres negras. Me parece que no es ese el abordaje de la película.
Siempre hay quienes desarrollan una labor y quienes se ocupan de otra, pero ello no es propio de la condición de mujer, sino del orden social. Por eso, pobrecitas las infelices mujeres blancas también destinadas a repetir la historia de sus madres: Buscar un hombre para casarse y reproducirse; esa es la labor que se les impone, ser esposas y madres. Ellas no existen más que a la sombra del hombre que se digne mirarlas, hay que venderse para ellos, arreglarse para ellos. Terrible destino. O, acaso, ¿Es admisible que una de las protagonistas blancas tenga que ocultar sus abortos y sembrarlos en silencio bajo matas de rosas, para que su marido no se entere, en tanto él desea tener un hijo y ella tiene el deber de dárselo?
Entonces, tanto las mujeres blancas como las mujeres negras están puestas en el marco de la discriminación por género, de la inferioridad frente al varón. Su capacidad intelectual, su labor es esa por el sólo hecho de ser mujeres. Quién es feliz, cuál de ellas desconoce el rol que se le impuso.
Ahora, cuando la negra Mimi, cuyo nombre no interesa al autor del blog, o la blanca Eugenia deciden “pensar por si mismas” aunque sea sólo para ellas mismas, entonces la primera es explotada y la segunda una explotadora. Tal vez, si se tratara de la historia de hombres, serían héroes y no “…un universo de la feminidad agresiva, despótica y perversa; tan perversa y solapada como la historia de supuestos valores magnánimos y solidarios de Skeeter…”
Si se trata de ver la película como una simple manotada de risas, entonces lo que hace la negra Mimi, al revelarse contra la mujer blanca, quedará convertido en una carcajada propia de la historia de los tres chiflados; y no se diga menos del valor de la blanca Eugenia quien, no sólo ha sido capaz de romper su tarea, trabajo o deber discriminador, sino también de unirse a las mujeres negras poniendo al servicio de ese fin sus capacidades y su formación.
No puedo aceptar que el valor femenino – no importa si blanca o negras - para oponerse al contexto social, ese si agresivo por raza y por género, sea tratado sencillamente como el propicio para “…reír un buen rato con las ocurrencias de la historia…” Claro que si, hay lugar a la risa, pero no a la del absurdo tonto; tampoco es una historia de mujeres buenas y malas es, sencillamente, el entorno social del momento que no se recrea con latigazos.
Olvide algo: Mi mirada sobre la película.
ResponderEliminarEn el film, recorde a algunas de mis contemporáneas.
Aunque han pasado siglos sobre el momento de la historia, no mucho ha cambiado. La mujer sigue creyendo que su "destino" es reproducirse o, peor aún, reproducirse y asumir el papel de única responsable de los hijos. O su obligación de servir a hijos, marido y sociedad.
Compañeras de colegio cuyo único fin era encontrar un marido para ser alguien en esta sociedad; o mujeres que siguen pensando que su única opción es repetir la historia subyugada de su madre.
Nada que cause risa. Más bien invita a una reflexión sobre la mujer de hoy y la repetición de su historia.